Los artistas del reciclaje no han dejado nunca de sorprenderme.
En esta ocasión, quien me ha dejado con al boca abierta es el escultor de madera japonés Haroshi, quien desarrolla sus obras utilizando únicamente tablas de monopatín (skateboards) rotas y viejas. Sus creaciones nacen a través de varios estilos, como el mosaico de madera, puntos y píxeles, donde cada elemento, ya sea cortado o en su estado original, se conecta con los demás de diferentes formas, para ser tallado y convertido en la pieza de arte final.
Sus obras se conforman de varias capas de madera apiladas y cortadas a medida que, después, son lijadas y barnizadas para darles un toque brillante.
A los ojos de las personas, los monopatines pueden parecer todos iguales, pero lo cierto es que su estructura varía en función de la fábrica, la marca y los modelos de la misma. Con su experiencia y conocimiento casi obsesivo de los monopatines, Haroshi es capaz de diferenciar entre las miles de cubiertas existentes, de forma que sabe exactamente cual utilizar para que encaje con el anterior cuando los apile. Después de elegirlas y apilarlas, las corta, lija y pule con sus herramientas favoritas.
Su estilo creativo se asemeja a la forma tradicional en la que se construyen los Grandes Budas de madera japoneses. El 90% de las estatuas de Buda en Japón son talladas en madera y construidas usando el método de mosaico de madera, con el fin de ahorrar en materiales, y también para minimizar el pero de la estatua.
Unkei, un escultor japonés de Budas del siglo XII, cuyas obras son muy populares hoy en día entre el pueblo japonés, utilizaba una bola de cristal llamado "Shin-Gachi-Rin" (Corazón Círculo de Luna) para establecer la posición del corazón de Buda, que se convertiría en el alma de la estatua.
Unkei, un escultor japonés de Budas del siglo XII, cuyas obras son muy populares hoy en día entre el pueblo japonés, utilizaba una bola de cristal llamado "Shin-Gachi-Rin" (Corazón Círculo de Luna) para establecer la posición del corazón de Buda, que se convertiría en el alma de la estatua.
Haroshi toma los mismos pasos en la creación de sus obras, lo que puede traducirse como un reflejo natural de su espíritu y la estética como japonés.
Aunque no se puede apreciar desde fuera, el artista coloca un objeto de metal dentro de sus estatuas tridimensionales. Dicho objeto fue parte de un monopatín roto, que Haroshi selecciona de su colección de piezas que se han deteriorado y se desprendido de algún monopatín, o se dañaron en un intento fallido de sus creaciones.
Para Haroshi, colocar este tipo de pieza metálica dentro de su obra de arte simboliza el "darle un alma".
Aunque no se puede apreciar desde fuera, el artista coloca un objeto de metal dentro de sus estatuas tridimensionales. Dicho objeto fue parte de un monopatín roto, que Haroshi selecciona de su colección de piezas que se han deteriorado y se desprendido de algún monopatín, o se dañaron en un intento fallido de sus creaciones.
Para Haroshi, colocar este tipo de pieza metálica dentro de su obra de arte simboliza el "darle un alma".
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