Este jueves les traigo una forma de arte sin igual: la intervención del artista mexicano Miguel Chevalier en la Iglesia de Saint Eustache de París.
La obra de Miguel Chevalier es experimental y multidisciplinar. Desde los años 80, comenzó a abordar la cuestión de la imagen híbrida, generativa e interactiva. Ha creado numerosos proyectos que incorporan diversas instalaciones de realidad virtual generativa e interactiva proyectadas a gran escala, mostradas en pantallas LED o LCD, esculturas creadas con una impresora 3D o con corte láser, imágenes holográficas y otras formas.
Las obras digitales de Miguel Chevalier están en constante metamorfosis, sumiéndonos en un universo mágico, poético y muy contemporáneo. A lo largo de su carrera ha producido exposiciones e instalaciones para museos, centros de arte, galerías y espacios públicos de todo el mundo, recibiendo, además, varias comisiones arquitectónicas.
Uno de sus últimos proyectos fue realizado este año en la Iglesia de Saint Eustache de París. Bautizado como "Voûtes Célestes" (Bóvedas Celestes), la obra es una instalación temporal que se realizó a raíz de la participación de la iglesia en la "Nuit Blanche 2016", un evento que se realiza durante una noche al año, en el que se ofrece a los ciudadanos la oportunidad de descubrir el patrimonio histórico de París.
"Voûtes Célestes" es una obra de realidad virtual que pudo ser visitada la noche del 1 de octubre pasado. Proyectada sobre las bóvedas de la Iglesia de Saint Eustache, la nave central, el crucero y los dos transeptos, fue acompañada de improvisaciones musicales interpretadas por Baptiste-Florian Marle-Ouvrard, organista titular, y Les Chanteurs, el coro de la iglesia.
La obra invitó a los visitantes a pasear, sentarse en los bancos y levantar los ojos hacia el cielo para observar sus "constelaciones digitales de píxeles", a fin de sumergirse en una atmósfera bañada de luz que se abría hasta el infinito y liberaba energía dentro del espacio. "Voûtes Célestes" destacó la arquitectura de la iglesia, resaltando los volúmenes de las columnas y las bóvedas acanaladas, que cobraron vida ante los ojos de los espectadores.
Aquella noche, los visitantes se encontraron con un cielo imaginario de gráficos creados en tiempo real, descubriendo una gran variedad de redes de luz coloreadas que se extendieron en forma de telas sinuosas. Las grandes mallas tomaban forma para luego perderla, creando universos siempre renovados y diversificados, que cambiaban tras los movimientos de los visitantes a la nave central.
Si les interesa conocer la obra completa de Miguel Chevalier, sólo tienen que visitar su página web oficial, donde encontrarán una amplia muestra de su espectacular obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar!